El Servicio Penitenciario y el INTA pusieron en marcha un proyecto de cultivo de ajo violeta adaptado al clima fueguino, en el marco de las iniciativas destinadas a que las personas privadas de libertad adquieran herramientas para su reinserción social.
Durante una visita a las parcelas de ensayo, el director del Servicio Penitenciario, Ariel Ciares, explicó que, según la ley, el trabajo en prisión es un derecho y un deber, y que este tipo de propuestas permite a los internos aprender un oficio mientras generan un beneficio para la institución y la comunidad.
La extensionista de INTA Río Grande, Susana Aressi, detalló que la investigación —que se extenderá por cinco años— busca seleccionar y multiplicar dientes de ajo violeta con las características óptimas para su producción y comercialización local. Este cultivo, de bajo requerimiento de insumos y buena adaptación a cielo abierto, aprovecha las bajas temperaturas de Tierra del Fuego.
Uno de los internos participantes, Darío, señaló que están probando distintos abonos locales para determinar cuál potencia mejor el crecimiento. Una vez finalizado el proyecto, los resultados se entregarán a productores de la zona, generando nuevas oportunidades económicas y fortaleciendo el proceso de reinserción social.