A 12 años del crimen de Marianela Rago, la Justicia espera un análisis de llamadas y mails para poner fecha al juicio


12 años del crimen de Marianela Rago Zapata, la estudiante de Periodismo que en 2010 fue hallada degollada y con 23 puñaladas en el barrio porteño de Balvanera, la Justicia aguarda un informe sobre comunicaciones y desbloquear las cuentas de e-mails y Facebook de la víctima para cuando se realice el debate oral en el que su exnovio, Francisco Amador, será juzgado como presunto autor del homicidio.

Marianela tenía 19 años, era oriunda de la ciudad fueguina de Río Grande, pero vivía en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires porque estudiaba Periodismo en el ETER, y su crimen se descubrió el 28 de junio de 2010, cuando su hermano fue a ver qué pasaba en el departamento 7mo. «A» que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080.

Estaba preocupado porque el día anterior Marianela no había asistido a ver con amigos el partido en el que el seleccionado argentino dirigido por Diego Maradona le ganó al de México por 3 a 1, con dos goles de Carlos Tevez y uno de Gonzalo Higuaín, por los octavos de final del mundial de Sudáfrica 2010.

A 12 años del hecho y cuando en pocos meses comenzará un tercer mundial desde aquel de Sudáfrica, Maradona murió, Tevez se retiró como jugador y empezó su carrera como DT, Higuaín está jugando sus últimos partidos en la Major League Soccer de los Estados Unidos y la Justicia aún no pudo comenzar el juicio que definirá si este asesinato quedará esclarecido o impune.

Las dos razones por las que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29 aún no pudo fijar la fecha del debate son los retrasos que produjo la pandemia y unas medidas que, a pedido de la fiscalía, se ordenaron como «instrucción suplementaria».

«Se espera el entrecruzamientos de llamados y el posicionamiento por celdas de antenas de las líneas de víctima e imputado, de los meses previos al crimen», dijo a Télam una fuente judicial.

También se aguarda desde los Estados Unidos una respuesta concreta a la posibilidad de poder recuperar correos electrónicos y mensajes que Marianela y Amador se hayan intercambiado por el e-mail o el Facebook que usaba la joven.

«Ojalá que este año salga el juicio. Si ya esperamos 12 años, queremos esperar estas pruebas por si hay algún tipo de mensaje entre ‘Marian’ y Amador que sirva para esclarecer el asesinato de mi hija», dijo a Télam Patricia Zapata, madre de la víctima.

En tanto, los jueces que integrarán el TOC 29 para el debate son Juan María Ramos Padilla, Rodolfo Goerner y Hugo Navarro.

La acusación estará a cargo del fiscal general Sandro Abraldes, uno de los que en 2015 logró la prisión perpetua del portero Jorge Mangeri por el femicidio de Ángeles Rawson.

A su vez, la familia Rago Zapata estará representada en el juicio por abogados del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación, a cargo de Pablo Rovatti, quienes en los últimos días enviaron al tribunal documentación relacionada con una denuncia contra Amador en la justicia fueguina por violencia de género, que se conoció en abril y fue realizada por una expareja con la que se relacionó tras el asesinato de Marianela y con quien tuvo un hijo.

Por su parte, Amador (35) llegará a juicio en libertad acusado de «homicidio simple» -con pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del «femicidio» recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.

En base a prueba indiciaria y antecedentes de violencia y maltrato que hubo en la pareja, el fiscal Abraldes y la familia Rago intentarán llegar a una condena y defender en el juicio la convicción que siempre tuvo la fiscal de instrucción Marcela Sánchez respecto de que Amador fue el asesino.

La madrugada del domingo 27 de junio de 2010, Marianela había organizado en su casa una «previa» a la que sus amigos del sur fueron a jugar a las cartas antes de ir a un boliche de Palermo, donde la vieron por última vez a las 8 de la mañana.

Su exnovio, Amador, un técnico informático también oriundo de Tierra del Fuego pero que también vivía en Capital Federal, se transformó en sospechoso cuando el círculo de la víctima contó una serie de episodios de maltrato del pasado.

Según la autopsia, Marianela murió degollada y quien la asesinó le aplicó 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.

El asesino también se llevó un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.

Amador fue detenido, le allanaron la casa, le secuestraron ropas y se declaró inocente.

En su indagatoria, reconoció que el 24 de junio pasó la noche junto a Marianela en el departamento de la calle Tucumán, ya que se seguían frecuentando, pero que la madrugada del 27 había salido con otra chica, coartada ratificada por testigos y que le permitió ser liberado en pocos días.

Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción Karina Zucconi sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.

Pero la fiscal Sánchez apeló una y otra vez y finalmente, en 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador en forma directa en base a una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.

Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana de ese día 27, cuando regresó del boliche, pero una Junta Médica modificó la data de muerte y estableció el horario del crimen entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del día siguiente.

Si bien el acusado mantuvo su coartada para la madrugada y la mañana del día 27, los camaristas sostuvieron en su fallo que «se desconoce de manera certera qué hizo y dónde estaba Amador en la franja horaria del día en el que aconteció el evento».

También remarcaron que en la casa de Amador se hallaron recién lavados una remera y un pantalón de corderoy con una pequeña mancha de sangre en un bolsillo -su análisis no arrojó resultados-, y que se le secuestraron dos cuchillos que podrían ser compatibles con el arma homicida.

Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador «reconoció que antes de romper su relación amorosa tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes», y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela «le contó que salía con otra persona».


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