El Juez de Instrucción N° 1 del Distrito Judicial Norte se refirió a los resultados de la autopsia y a la decisión de procesar la pareja de la víctima “estamos frente a una golpiza por parte del imputado”.
Césari Hernández detalló que la autopsia reveló «estallido de órganos, fractura de casi la totalidad de las costillas, perforación de pulmones y el rostro estaba muy alterado en su forma”.
“La forense fue convocada por el tribunal para profundizar su dictamen y dio cuenta de que esos golpes fueron cometidos contra elementos romo duro: podría ser un puño, una rodilla, un codo, un pie”, agregó en diálogo con Radio Nacional Ushuaia.
Para el juez, “la cuantiosa cantidad y variedad de lesiones no me permiten tener ningún tipo de contemplación. Uno puede evaluar algunas opciones, pero en este caso fue muy claro».
“La causa ha superado las 500 hojas, es muchísima la investigación. En el marco del concepto de violencia de género, el homicidio fue calificado doblemente agravado: por el vínculo y cuando es cometido por un hombre contra una mujer, habiendo mediado violencia de género”, explicó.
«No es que se mata con violencia de género, sino que se mata tras una situación de violencia de género. Esto tiene que ser sostenido en el tiempo. Esto es lo que verifiqué en el ámbito de la pareja de la doctora», sumó el magistrado.
Durante la investigación, se tomaron cuatro testimonios y, según Cesari Hernández, dos de ellos «fueron muy tajantes. Describieron a la doctora como una mujer sometida, controlada y aislada. Hubo detalles puntuales que coinciden con el perfil que informaron el psiquiatra y la psicóloga forense. Cortes Toranzo es un señor imputable, que sabe lo que hace, tiene un perfil psicopático, que lo aproxima al del hombre que tiene el sentimiento tan negativo hacia la figura femenina».
“Estar en el lugar de los hechos, me permitió verificar cómo vivía esta pareja. Era un espacio de 25 metros cuadrados, una suerte de monoambiente, entre las ratas almizcleras, con deshechos de animales y demás. Era un abandono indigente, que conforme a los testimonios, me llevan a concluir que la doctora no podía irse”, señaló.
En este sentido, Césari Hernández aclaró «no hace falta que a una persona la encierren bajo llave para tenerla recluida. Por la influencia psicológica se la puede someter. Esto también lo verifiqué. Dos testigos explicaron que ella veía a Cortes Toranzo como una persona endiosada y en base a esto, este sujeto cometía actos de manipulación y sometimiento. La violencia de género es cualquier acción que somete la voluntad de la mujer y la lleva a hacer o soportar acciones y vivencias que le generan sufrimiento».
El Juez también comentó que «muchas veces se busca defender la verificación de un hecho de violencia mediante la inexistencia de una denuncia. Pero justamente el silencio y el retraimiento por parte de una persona víctima se traduce en silencio con negaciones. No es sencillo el abordaje o el acompañamiento».
Respecto al relato del imputado, el magistrado detalló “la señora fue encontrada al fondo de una suerte de corral, con casi 7 metros de profundidad y una única puerta de ingreso. Para llegar hasta ahí, había que transitar un pasillo de 60 centímetros de ancho, flanqueado por corrales con cerdos, conejos y gallinas. Todo el piso está lleno de barro y excreciones de animales”.
“Este señor, cuando supuestamente llega de Río Grande, desciende de su auto, va a la casa y en menos de un minuto, comienza a hacer una acción corriendo de una punta a la otra y grita al vecino que llama a la ambulancia”, describió.
Sobre la pericia forense, Césari Hernández ratificó «el cadáver habla, la doctora nos dejó la historia de este crimen en su propio cuerpo. Por las marcas, por las posiciones del cuerpo, por el estado de la ropa, que fue modificada; por las zapatillas limpias tras 7 metros de pisar heces. Por debajo del pantalón tenía un tajo, pero la prenda estaba sana y limpia».